Cuando llegué a casa me acordé de estos simpáticos ratoncitos que había vistoy decidí hacerle uno. Le encantó y con cada diente repite el mismo proceso: se lava los dientes todos los días para que estén limpios. Cuando se cae lo mete en el bolsillito del ratón, lo pone debajo de la almohada y espera nervioso que llegue la mañana siguiente para ver que le ha dejado el Ratoncito Pérez.
Hay de muchos colores y todos traen un cepillo de dientes a juego.
No esperes a que tus pequeñ@s pierdan sus dientes y con ellos la ilusión de esperar a Pérez.
A&A
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